Bioy Cazares imagina un espacio fuera del tiempo, en donde la ilusión penetra la realidad, en donde se alcanza la inmortalidad gracias a la proyección de las características físicas del mundo y sus habitantes- olores, colores, formas, sonidos- como un eco fantasmal que habita el espacio momentáneamente por un periodo limitado que se repite hasta la eternidad (o hasta que las maquinas funcionen). Como por metempsicosis las grabaciones adquieren el alma de aquel que se graba para la eternidad.
Las idea de que la tecnología pueda reproducir el mundo es interesante y abrumadora, que se llegue a un punto en el que se sustituya el mundo “real” por la proyección de éste, suena a Matrix, o “La pradera” de Bradbury, dónde los leones traídos del mundo virtual al mundo real gracias a la imaginación de dos pequeños parricidas, amenaza la vida.
¿Se llegará algún día (antes del colapso ecológico) a este punto? Como sea el arte puede valerse de éstas ficciones y los avances tecnológicos permiten fantasear con ello.


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